
Confesión del Productor
Descubrí el café artesanal especial de Nariño en 2009; ahora solo siento devoción por él. Lo descubrí por una investigación que realicé para el II Laboratorio de paz en el norte de Nariño y sur del Cauca. Ella me llevó a toparme con caficultores y con un laboratorio de café en La Unión (Nariño), donde un experto catador ya analizaba cafés para una empresa extranjera.
En el laboratorio me dejé llevar, como hago siempre, por la curiosidad de saber sobre el verdadero café y de hecho aprendí, y luego escribí sobre la aprovechabilidad, la sostenibilidad y la competitividad del café de Nariño. Así que mi encuentro con el café fue desde la racionalidad y la emoción, y, así lo amé en su simple complejidad.